Las celebraciones del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana comienzan a derivar en actividades concretas, que lo mismo desencadenan la reflexión que sorprenden por sus premisas: México no cumple doscientos años, sino que es el resultado de milenios de historia que, en ocasiones, parecen pasar desapercibidos. Por estas razones, es necesario aprovechar bien las convocatorias relacionadas con estos festejos, convertirlas en una auténtica oportunidad para discutir alrededor de temas tan esquivos como la identidad nacional y regional. En esta ocasión, se trata de la música, un lenguaje que, gracias a su universalidad, consigue penetrar en la consciencia colectiva. Así que, si se dedican a forjar los pasos del sonido sobre el silencio, no dejen de proponer algo nuevo y lean completas las bases. Sólo den clic en la imagen.
10 de junio de 2010
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