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25 de febrero de 2009

Una invitación (de emergencia)


Esta invitación, agradablemente sorpresiva, llegó anoche a mi correo. Y con ella, los recuerdos de los textos -así son de heterogéneos- que he leído en este blog, que cuenta con la participación de algunos escritores verdaderamente talentosos. Si tienen tiempo y ganas de escuchar una buena lectura, no se lo pierdan: jueves 26 de febrero, 13:30 horas, en la Facultad de Antropología.

22 de febrero de 2009

Dos invitaciones (para remover el polvo)



Esta semana volveremos a hablar del polvo. El próximo miércoles 25 de febrero, a las 16:30 horas, estaré en Radio Mexiquense con Alonso Guzmán, para hablar de Antes del polvo, de la poesía, la vida y otras curiosidades en vías de extinción. Media hora más tarde me trasladaré al Bar 2 de Abril para continuar, en vivo, con la lectura de poemas. Ahí podrán disfrutar de una rica y legendaria garañona y adquirir su ejemplar autografiado de Antes del polvo, con un descuento especial. Recuerden, además, que el libro está disponible en el Centro Toluqueño de Escritores, la Librería Castillo, la Librería Imagen y las librerías universitarias dependientes de la UAEM.

Por otro lado, el sábado 28 de febrero, a las 16:00 horas, estaremos presentando, nuevamente, el librito de marras (esta expresión siempre me sabe a castellano puro). Para ello, iremos hasta la otra punta del Estado de México, al Centro Regional de Cultura de Texcoco, en donde se celebrará un Maratón de Poesía que promete muchas sorpresas, pues habrá talleres de lectura y de creatividad; lecturas en voz alta, obras de teatro y otras aproximaciones al arte. Si viven de aquel lado, no dejen de darse una vuelta.

Una invitación (que sabe a café)



¿Quién no ha disfrutado de una buena taza de café? Solo en compañía; triste o alegre; en el ánimo de la mañana y la fiebre de la noche; como remedio a otros males u obscura dependencia. ¿Quién no ha distinguido entre en un magnífico café, cultivado en las mejores tierras, y el café artificial, que no atestigua nada? Alrededor de estas preguntas y emociones se construye La estampa del café, una exposición que constituye un verdadero homenaje gráfico a Coatepec, Veracruz, una región de "tierra dulce", donde el arte cafetalero ha logrado que "este gentil veneno que se bebe neciamente" trascienda sus circunstancias.

Esta exposición se inaugurará el próximo 27 de febrero, a las 18:00 horas, en el Museo de la Estampa -ubicado en Plutarco González 305, a unos pasos de la Alameda Central de Toluca-. Por supuesto, están todos cordialmente invitados. Esperamos verlos por ahí.

16 de febrero de 2009

Cosmoción en los medios


Alguien me dijo que no es de buen gusto hablar de uno mismo, pero resulta que hace una semana Cosmoción emitió un comunicado que anduvo rodando, de manera fragmentaria, por distintos medios impresos. Algunas personas lo vieron, otras no. Así que, a petición de quienes no lo han podido leer y de quienes no fueron a la presentación, lo reproduzco aquí, aunque apareció también en Milenio y El Sol de Toluca.



En el Centro Toluqueño de Escritores
SE PRESENTARON LOS LIBROS DE POESÍA
ANTES DEL POLVO, DE MARGARITA HERNÁNDEZ,
Y GAJOS DE HUMO, DE ELÍAS JARAMILLO

Toluca, Estado de México.- A principios de este año, Margarita Hernández, periodista egresada de la licenciatura en letras latinoamericanas de la Universidad Autónoma del Estado de México, y Elías Jaramillo, profesor con una amplia trayectoria literaria que había permanecido inédita, publicaron sus primeros libros de poesía, Antes del polvo y Gajos de humo, respectivamente. El Centro Toluqueño de Escritores abrió sus puertas para la presentación de ambos volúmenes, resultado de la colaboración entre esta asociación civil y la Editorial Cosmoción, un organismo independiente que, con estas actividades, debutó en el panorama literario mexiquense.

La presentación, realizada ante un público numeroso y entusiasta –conformado, además, por artistas e intelectuales provenientes de diversas regiones del estado–, estuvo encabezada por Eduardo Osorio, poeta, novelista y presidente del Centro Toluqueño de Escritores, quien destacó la relevancia de continuar editando poesía en un momento en que, de manera clara, “existen políticas oficiales en contra de la lectura y del libro”. También subrayó las dificultades que enfrentan los poetas que desean publicar su obra, más allá de las instituciones gubernamentales, pues éstas, desafortunadamente, no cuentan con los recursos ni con la capacidad para publicar a gran parte de los escritores locales. Por último, celebró la fundación de Cosmoción, una editorial que, a decir de sus fundadores, se sostiene en la idea de que “todos los caminos conducen a la poesía”.

Por otro lado, Enrique Villada, poeta, ensayista y profesor afincado en el oriente de la entidad, comentó algunos aspectos relacionados con Antes del polvo. Desde su perspectiva, se trata de un libro que explora el amor a través de una óptica desnuda y transparente, opuesta a “los adornos y atavíos”. De esta manera, logra capturar la experiencia erótica desde su naturaleza y su fragilidad esencial; es decir, como “abrazo con lo otro, lo desconocido exquisito”. Para ello, Margarita Hernández recurre a “endecasílabos de luz, adjetivos impredecibles y versos inusitados”, los cuales “dejan lugar a la libre interpretación, y, por lo tanto, no se agotan”.

De este modo, la poesía de Margarita Hernández profundiza en “un mundo donde todo es efímero”, inevitablemente poblado “de un tiempo que se acaba, de la ruina y la rutina en que encallan los deseos”. Así, concluidos los comentarios, la autora leyó algunos de los poemas incluidos en Antes del polvo, entre los cuales destacaron la serie “Epistolares” y los textos que inauguran las secciones “Nudos en tierra” y “Ceniza de bestias”.

Por su parte, Gerardo Lara, cineasta, guionista y tallerista literario, mencionó los aspectos relevantes de Gajos de humo. En su breve intervención, destacó la condición “onírico - inoculadora” de la poesía de Elías Jaramillo, la cual le confiere cualidades “inasequibles, libres, caóticas e impredecibles”, que “funden al sueño con la poesía”. Emparentados con el surrealismo y la escritura automática, los textos incluidos en este volumen representan “raptos capturados a la manera de René Magritte”, capaces de remitir al lector “hacia un lugar en el que nadie ha estado nunca”. Con este espíritu revelador, Elías Jaramillo leyó algunos poemas extraídos de Gajos de humo, con los cuales concluyó esta exitosa presentación.

Antes del polvo, de Margarita Hernández, y Gajos de humo, de Elías Jaramillo, también estarán presentes en el Centro Regional de Cultura de Texcoco, en el marco del 3° Maratón de Poesía, el próximo 28 de febrero, a las 16:00 horas. Mientras tanto, se encuentran a la venta en el Centro Toluqueño de Escritores –ubicado en Plaza Fray Andrés de Castro, edificio A, local 9, en los Portales– y en las librerías dependientes de la Universidad Autónoma del Estado de México –ubicadas en el Edificio Central de Rectoría, en Instituto Literario 100, colonia Centro; en la Casa de las Diligencias, en Benito Juárez 114, esquina con Independencia, colonia Centro, y en el Edificio Administrativo, en Ignacio López Rayón 510, esquina con Arteaga, colonia Cuauhtémoc–. Para mayores informes sobre la editorial y la adquisición de estos libros, es posible comunicarse a los teléfonos 044 72 23 64 93 89 y 044 72 21 48 17 12.

8 de febrero de 2009

Al fin, Antes del polvo

El escenario, antes de la presentación

El viernes comenzó con nervios: alud de pendientes en el trabajo e incertidumbre en los momentos de descanso. Luego de invitaciones, carteles, separadores, spots, correos y avisos a dos o tres medios de comunicación, quedaba esperar la tarde y sus horas decisivas. Pero valió la pena. La presentación de Antes del polvo -y de Gajos de humo, de Elías Jaramillo- fue una sorpresa. Más amigos de los que esperaba -algunos venidos, por extrañas coincidencias, de otras ciudades y países-, más público y más fotógrafos de los que imaginaba. A los libros les fue bien: hubo muchas promesas de lectores. En parte se debe, creo, al abrazo de buena suerte de Enrique Villada, quien ha sido el primero en tenerle fe a Antes del polvo y el último en abandonar las trincheras a la hora de escribir. Les dejo las fotos (hagan clic para verlas más grandes) de este encuentro con lo desconocido, de este salto mortal (¿qué tal si a nadie le gustaba el libro?, ¿qué tal si nadie iba a la presentación?). Espero que nos acompañen al 3° Maratón de Poesía, que está organizando la Nave de los Locos. Ahí estaremos presentado Antes del polvo, el 28 de febrero, a las 16:00 horas, en el Centro Regional de Cultura de Texcoco. Al final, añadí una probadita del libro, para que se animen a comprarlo.


Gerardo Lara, Elías Jaramillo, Enrique Villada y yo,
unos minutos antes de empezar


Enrique Villada, hablando de Antes del polvo


El abrazo de buena suerte, inevitable


Yo, leyendo -a medias- algunos poemas


¡Y hubo autógrafos!

Algunos poemas, leídos durante la presentación:

Tiempo atrás,
mansos nudos en tierra,
conformes con pan dado,
saciados de agua justa,
cálidos con sola piel,
atados a palabras de ceniza:
moradores de la piedra.

Pero los ramajes obscuros,
tentativas de altura sin espera,
apenas semillas restallando:
en nuestros ojos
la sombra abreva el deseo.

--

Epistolar I


El día que capitule
este amoroso asedio
habrá que acostumbrarse
a la nostalgia
de antiguos costillares:
minerales redundancias,
tumulto de domingos
con raudo aburrimiento,
hervor absurdo
de cazos y camisas.

Y no vendrás ya a iluminarme
—caléndula o candil del ansia—,
a horadar la tarde entre caderas.
No vendrá tampoco ya el consuelo,
diáspora del polvo que acumulan
en su terca mansedumbre
los relámpagos.

--

Déjame viajar al sur,
gorjear en su íntimo lenguaje,
triscar los frágiles veneros
en que se queman tus arterias
—brevísimas zancadas
donde ayuntan los estuarios:
soy fresca boca que traga celosía—
y doble estremecerme en nuestro encausto.

--

Epistolar IV


Teme este silencio igual
que cólera de adioses.

Se van extinguiendo los días.
Prefiero que me angustie otro nombre.



La creación poética: dos talleres, dos visiones


Por Margarita Hernández Martínez

Pese a su naturaleza eminentemente personal, la poesía –entendida, en este caso, como empleo creativo del lenguaje, desde la prosa hasta el verso– no es una labor sencilla. Constituye, por definición, un ejercicio de fortaleza, que implica, además, un intenso debate personal alrededor de la selección de temas, estilos, palabras y tendencias estéticas; un complejo proceso de discernimiento entre distintos criterios, la propia voz y la influencia –consciente– de otros autores. De este modo, el poema representa el resultado de una combinatoria irrepetible, arraigada en la tradición y defendida en las circunstancias contemporáneas, cuya validez se refrenda sólo con el paso del tiempo y las mutaciones de la sensibilidad humana. No en vano Miguel Hernández afirmó –y transcribió metafóricamente, en uno de sus textos más memorables– que los únicos materiales poéticos residen en la vida, la muerte y el amor, contemplados desde ojos infinitos.

Sin embargo, desde hace algunas décadas, la poesía ha experimentado un conjunto de transformaciones perniciosas. Frecuentemente confundida con la expresión libre y desenfadada de las ideas y los sentimientos individuales –producto, al parecer, de la malinterpretación de las vanguardias europeas, que rompieron con la rigidez de las tradiciones clásicas y apostaron por la escritura automática–, ha pasado, en algunos sectores, de un auténtico proyecto estético –provisto de sus propios códigos, reglas y sentidos–, al flujo descontrolado de palabras vacías, versos sin ritmo y lugares comunes que, como mejor fortuna, se reproducen en incontables tarjetas de felicitación. El resultado radica en una poesía poco perdurable, de escaso valor artístico, cuyo destino es formar parte de esos libros fantasma que desaparecen una vez transcurrida la emoción originaria.

Para contrarrestar esta situación –y, de manera marginal, para transmitir y compartir los saberes característicos del oficio literario–, existen, también desde hace décadas, los talleres de creación poética. Y, en este sentido, el Estado de México –que cuenta, indiscutiblemente, con una de las estructuras culturales más sólidas del país– ofrece una gran variedad de espacios: desde aquellos promovidos por instancias oficiales, como el Instituto Mexiquense de Cultura y la Sociedad General de Escritores de México, hasta aquellos sostenidos, entre tropiezos, por organizaciones independientes, como el Centro Toluqueño de Escritores. Dotado de diversos enfoques, definiciones y perspectivas –las cuales repercuten en su calidad–, este espectro de opciones se anuda alrededor de una idea central: desarrollar las herramientas necesarias para construir, de forma individual y colectiva, un repertorio de recursos literarios renovados. Para ello, recurre a diferentes técnicas y cursos de acción, mediante los que se perciben, de manera paralela, múltiples visiones de la poesía. A continuación, reseñamos dos de estas alternativas.


Poesía desde la poesía: El Taller “Joel Piedra”


Fundado por Guillermo Fernández, poeta y traductor jalisciense nacido en 1932, este taller gratuito se encuentra encaminado a desarrollar las capacidades necesarias para elaborar, desde una postura individual, distintos recursos indispensables para la creación poética. Para ello, Fernández propone la lectura, el análisis y la revisión constante de la obra de escritores provenientes de diversas partes del mundo –algunos de ellos relativamente desconocidos–, a través de lo cual es posible identificar algunas herramientas retóricas y lingüísticas, además de comprender el funcionamiento de figuras fundamentales para el poema lírico, como la imagen y la metáfora.

Paralelamente, las sesiones de este taller rescatan el valor de la conversación: mediante el comentario directo de los participantes, promueven la discusión de opiniones y el despliegue de alternativas para el planteamiento de los textos presentados por ellos mismos. De este modo, se establece un franco contraste entre las voces, las personalidades y las preferencias líricas de los escritores. En último término, Fernández procura fomentar y poner en debate los logros y la calidad de los poemas que confluyen en el taller. Y así lo demuestra la relevancia nacional e internacional de sus talleristas, entre los que se cuentan Juan Carlos Barreto, Rocío Franco López, Saúl Ordóñez, Félix Suárez y Sergio Ernesto Ríos. Esta cualidad también se manifiesta en la aparición de varias antologías que funden este trabajo colectivo, entre las cuales destacan Camisa de dieciocho varas, editada en 1997, y Reino de nadie, publicada en 2006.

El Taller “Joel Piedra” se lleva a cabo todos los viernes, de 19:00 a 21:00 horas, en la planta alta del Centro Regional de Cultura de Toluca, ubicado en Pedro Ascencio 103, colonia Centro, a unas cuadras de los Portales. Para obtener más información, es posible comunicarse al (722) 2 14 73 78.


Poesía desde la dispersión: el Taller de Creación Literaria de Tenango del Aire


Coordinado por Enrique Villada, poeta, ensayista y profesor mexiquense nacido en 1964, este taller se distingue mediante dos particularidades: por un lado, admite la discusión de toda clase de géneros literarios; de este modo, facilita la lectura, la comprensión y la escritura de la poesía, el cuento, la novela y el ensayo, además de otras modalidades que se encuentran en proceso de consolidación, como la prosa poética y la minificción. Por otro lado, los ejercicios que propone abarcan el conjunto de la sensibilidad humana; es decir, no se limitan a la lectura, el análisis y la imitación de la obra de otros autores, pues también involucran experiencias visuales, auditivas y gastronómicas.

De este modo, el Taller de Creación Literaria se encuentra asociado al descubrimiento de la belleza y el placer; de la expresividad y el equilibrio; de los recursos meramente literarios y los deseos personales. Por lo tanto, aspira a devolver a la literatura a su estado primigenio: la concibe como una actividad sagrada, de manifestación individual y resonancia colectiva, que permite diversificar las visiones de la vida y del mundo. Así, en resumen, representa una oportunidad para que cada quien encuentre, a través del festejo cotidiano de las palabras, su voz interior.

El Taller de Creación Literaria se lleva a cabo todos los sábados, de 11:00 a 13:00 horas, en la Casa de Cultura de Tenango del Aire, ubicada en Avenida 5 de Mayo s/n, esquina Censos Nacionales, en el mencionado municipio mexiquense. Para obtener más información, es posible comunicarse al (722) 2 74 23 92.


Dos visiones


El Taller “Joel Piedra” y el Taller de Creación Literaria surgen y se desenvuelven desde una óptica distinta. Los contrastes entre ellos resumen, en buena medida, las perspectivas de desarrollo de la poesía mexiquense. Si bien ambos estimulan la reflexión en torno a la escritura y al hecho literario –lo cual les confiere cierto grado de credibilidad estética–, sus materiales y procedimientos resultan radicalmente opuestos y, en último término, evocan algunas preguntas importantes: situada en la periferia de una sociedad cada vez más desinteresada por las artes, ¿para qué sirve la poesía –entendida, nuevamente, como empleo creativo del lenguaje–?, ¿cuál es su contribución al mundo contemporáneo?

En el Taller “Joel Piedra”, el trabajo se sujeta a un concepto cultural eminentemente libresco: la inspiración y los recursos provienen de otros autores y, una vez transformados, retornan a ellos de manera inmediata. Estas características prefiguran el papel que juega la literatura en Toluca: aislada en su propia esfera, ofrece escasos momentos de interacción con el público y con otras manifestaciones artísticas, como la música, la danza, las artes plásticas y –sorprendentemente– el teatro. En consecuencia, los poetas escriben para sí; es decir, para su reducida comunidad, limitada por un lenguaje críptico. Sin embargo, este ensimismamiento no ha disminuido la calidad de su obra: algunos poetas afincados en Toluca han saltado a la escena internacional, no sólo a través de premios y distinciones, también mediante publicaciones y traducciones de excelente factura.

Por otra parte, el Taller de Creación Literaria procede de una especie de conciencia social, que busca entrelazar las modalidades artísticas con la receptividad y el significado de la existencia humana. De este modo, la literatura se concibe como un ejercicio vital, indispensable para formular una visión concreta del mundo. En efecto, los poetas que residen en el oriente de la entidad poseen un vínculo más firme con otras expresiones artísticas; además, han establecido una relación permanente y fructífera con sus lectores. Para muestra, basta recordar que Molino de Letras, la revista literaria independiente más importante del Estado de México, se edita en Texcoco, y que el Centro Regional de Cultura de dicho municipio –administrado por el Instituto Mexiquense de Cultura– organiza el mayor y más variado número de actividades, desde ciclos de cine mexicano hasta conferencias especializadas.

En este marco, el Taller de Creación Literaria sostiene una postura integral, destinada a vislumbrar la sorprendente complejidad de la poesía, no sólo desde los problemas específicos que supone la composición del texto, también desde las estrategias que lo hacen accesible. No obstante, en último término, ambos talleres demuestran dos facetas de la sensibilidad humana: la pasión por la vida –rápida e individual– y la fascinación por el arte –pausado y colectivo–, las cuales se involucran, en esencia, con el rigor intrínseco a la creación literaria. Desde estos panoramas, se trata de una poesía altamente participativa, cuya resonancia debe reflejarse, inevitablemente, en un replanteamiento de los códigos estéticos que la guían.


* Texto publicado en la página cultural de El Espectador, correspondiente al mes de febrero.