A pesar de las transformaciones en su concepción de fondo, los museos siguen siendo una caja de sorpresas. A veces solitarios y abandonados, a veces poblados y efervescentes, continúan asombrando a quien se atreve a mirarlos con ojos renovados. Puede ocurrir con una sala, con una obra de arte, con un vestigio de otros tiempos, con una brizna de luz sobre la superficie. Por eso, es interesante revisar los aspectos más interesantes de algunos museos del Estado de México, esos cercanos desconocidos que, entre paredes e historia, resguardan memorias impensables. A continuación, un comunicado sobre el Gabinete Zoológico del Museo de Antropología e Historia, quizás una de las salas más apabullantes de este tipo de espacios.
La variedad de la vida, en el Gabinete Zoológico
del Museo de Antropología e Historia
del Museo de Antropología e Historia
Toluca, Estado de México.- El Museo de Antropología e Historia del Estado de México, adscrito al Instituto Mexiquense de Cultura, se distingue por la variedad y la riqueza de su acervo permanente. Así, abre sus puertas con un impresionante panel de imagen e identidad, conformado por 120 fotografías que despliegan un magnífico muestrario de los pueblos, paisajes, tradiciones y expresiones culturales más representativos de la entidad. Posteriormente, sus salas configuran una retrospectiva de las civilizaciones prehispánicas que se desarrollaron en el territorio estatal, seguida de un panorama general de la Colonia, la Independencia y la Revolución.
Entre sus más de 10 mil piezas, destacan dos colecciones montadas en el Gabinete Zoológico, una sala de pequeñas dimensiones dotada de características que invitan a la curiosidad, la imaginación y la fantasía. Inaugurado en septiembre de 2006 y concebido como una metáfora de los primeros museos de nuestro país, se inspira en una visión del espíritu científico del siglo XIX, signado por la tendencia a explorar la totalidad del universo para comprender cada una de sus partículas.
De este modo, engloba un gran conjunto de 2 mil 500 especies animales, desde diminutos insectos hasta imponentes mamíferos, pasando por diversas clases de aves y reptiles. La mayoría de estos ejemplares se hallan disecados; sin embargo, algunos se encuentran conservados en distintos tipos de resinas y soluciones acuosas.
En el centro de la sala destaca un extraordinario esqueleto de elefante, cuyo tamaño contrasta con las reducidas dimensiones de otras especies. Alrededor, en plataformas de madera policromada, un grupo de pavorreales asiáticos despliega la gracia y el colorido de sus crestas, mientras que gansos africanos, cisnes europeos, gallos sudamericanos y águilas mexicanas muestran la longitud y la belleza de sus alas.
De la misma manera, el Gabinete Zoológico abriga ocho especies de búhos, desde la lechuza real hasta el tecolote llanero, y cinco clases de garzas y de halcones, en las cuales se observan las sorprendentes variaciones de una misma estructura física. Paralelamente, destina un espacio a las aves en peligro de extinción, como las codornices moctezuma, y a las especies ya consideradas desaparecidas, como el carpintero imperial.
Con un enfoque similar, las vitrinas del Gabinete Zoológico se llenan de la sutileza de centenares de mariposas, tanto diurnas como nocturnas. Poseedoras de formas, colores y texturas que evocan la hermosura de la naturaleza, también desempeñan un papel relevante en la historia prehispánica, pues algunas funcionaron como representación de Xochiquetzal, diosa del amor, y de Itzpapálotl, diosa de la pasión carnal.
Más allá del aire, la sala se adentra en las maravillas del océano; así, recoge un amplio muestrario de estrellas, corales, peces, caracoles y tortugas, que conviven con anfibios, lagartos y otros reptiles raros, como salamandras y ajolotes. Además, sus quince especies de serpientes trazan un mapa de la fabulosa biodiversidad mexicana, una de las más valiosas del mundo.
Por otro lado, el Gabinete Zoológico resguarda un catálogo de mamíferos en el que el esplendor de la biología se reúne con las curiosidades que producen algunos de sus errores. De esta manera, mientras consagra uno de sus exhibidores al asombroso proceso de gestación del ser humano -consecuencia de una larga e interesante transformación evolutiva-, también expone el embrión de un cerdo con dos narices, entre otras especies anómalas.
Finalmente, vale la pena recordar que este espacio constituye el resultado de la combinación de dos colecciones, que pertenecieron a Raúl Colín y Luis Camarena González, dos de los taxidermistas más importantes del Estado de México. Así, el mar, el cielo y la tierra conviven con piezas de gran valor histórico y estético, como el panhuéhuetl monumental, originario de Malinalco, y la escultura de Ehécatl, proveniente de Calixtlahuaca.
Durante estas vacaciones, sorpréndete con la variedad de la naturaleza y no dejes de visitar el Gabinete Zoológico del Museo de Antropología e Historia del Estado de México, que se encuentra abierto al público de martes a sábado, a de 10:00 a 18:00 horas, y los domingos, de 10:00 a 15:00 horas. Además, puedes aprovechar para conocer los museos de Culturas Populares y de Arte Moderno, que también se incluyen en el Centro Cultural Mexiquense, ubicado en Boulevard Jesús Reyes Heroles 302, delegación San Buenaventura, en las afueras de Toluca.
Entre sus más de 10 mil piezas, destacan dos colecciones montadas en el Gabinete Zoológico, una sala de pequeñas dimensiones dotada de características que invitan a la curiosidad, la imaginación y la fantasía. Inaugurado en septiembre de 2006 y concebido como una metáfora de los primeros museos de nuestro país, se inspira en una visión del espíritu científico del siglo XIX, signado por la tendencia a explorar la totalidad del universo para comprender cada una de sus partículas.
De este modo, engloba un gran conjunto de 2 mil 500 especies animales, desde diminutos insectos hasta imponentes mamíferos, pasando por diversas clases de aves y reptiles. La mayoría de estos ejemplares se hallan disecados; sin embargo, algunos se encuentran conservados en distintos tipos de resinas y soluciones acuosas.
En el centro de la sala destaca un extraordinario esqueleto de elefante, cuyo tamaño contrasta con las reducidas dimensiones de otras especies. Alrededor, en plataformas de madera policromada, un grupo de pavorreales asiáticos despliega la gracia y el colorido de sus crestas, mientras que gansos africanos, cisnes europeos, gallos sudamericanos y águilas mexicanas muestran la longitud y la belleza de sus alas.
De la misma manera, el Gabinete Zoológico abriga ocho especies de búhos, desde la lechuza real hasta el tecolote llanero, y cinco clases de garzas y de halcones, en las cuales se observan las sorprendentes variaciones de una misma estructura física. Paralelamente, destina un espacio a las aves en peligro de extinción, como las codornices moctezuma, y a las especies ya consideradas desaparecidas, como el carpintero imperial.
Con un enfoque similar, las vitrinas del Gabinete Zoológico se llenan de la sutileza de centenares de mariposas, tanto diurnas como nocturnas. Poseedoras de formas, colores y texturas que evocan la hermosura de la naturaleza, también desempeñan un papel relevante en la historia prehispánica, pues algunas funcionaron como representación de Xochiquetzal, diosa del amor, y de Itzpapálotl, diosa de la pasión carnal.
Más allá del aire, la sala se adentra en las maravillas del océano; así, recoge un amplio muestrario de estrellas, corales, peces, caracoles y tortugas, que conviven con anfibios, lagartos y otros reptiles raros, como salamandras y ajolotes. Además, sus quince especies de serpientes trazan un mapa de la fabulosa biodiversidad mexicana, una de las más valiosas del mundo.
Por otro lado, el Gabinete Zoológico resguarda un catálogo de mamíferos en el que el esplendor de la biología se reúne con las curiosidades que producen algunos de sus errores. De esta manera, mientras consagra uno de sus exhibidores al asombroso proceso de gestación del ser humano -consecuencia de una larga e interesante transformación evolutiva-, también expone el embrión de un cerdo con dos narices, entre otras especies anómalas.
Finalmente, vale la pena recordar que este espacio constituye el resultado de la combinación de dos colecciones, que pertenecieron a Raúl Colín y Luis Camarena González, dos de los taxidermistas más importantes del Estado de México. Así, el mar, el cielo y la tierra conviven con piezas de gran valor histórico y estético, como el panhuéhuetl monumental, originario de Malinalco, y la escultura de Ehécatl, proveniente de Calixtlahuaca.
Durante estas vacaciones, sorpréndete con la variedad de la naturaleza y no dejes de visitar el Gabinete Zoológico del Museo de Antropología e Historia del Estado de México, que se encuentra abierto al público de martes a sábado, a de 10:00 a 18:00 horas, y los domingos, de 10:00 a 15:00 horas. Además, puedes aprovechar para conocer los museos de Culturas Populares y de Arte Moderno, que también se incluyen en el Centro Cultural Mexiquense, ubicado en Boulevard Jesús Reyes Heroles 302, delegación San Buenaventura, en las afueras de Toluca.
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