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31 de julio de 2008

De nuevo las antologías


Con un estilo bastante irregular, Angélica Santa Olaya señala, en el suplemento Laberinto del diario Milenio, la aparición de una nueva antología literaria de pretensiones nacionales, esta vez centrada en la poesía. No sabemos que esperar de este intento, luego de haber llegado a la mitad de Grandes hits y hallar únicamente tres textos valiosos y propositivos. Sin embargo, seguiremos al pendiente.

La nota original puede leerse aquí.

Mapa poético de México

Por Angélica Santa Olaya

Es indiscutible la valía cultural que entraña el libro Del silencio hacia la luz: mapa poético de México, que se distribuirá en agosto en Mérida, Yucatán, y en diversos estados de la república. Realizado por Adán Echeverría (1975) y Armando Pacheco (1980), poetas mexicanos con diversos reconocimientos a su quehacer literario. Una ardua y comprometida labor subyace en la creación de este documento que, sin duda, conformará un archivo histórico al incluir el trabajo de más de 640 poetas nacidos entre 1960 y 1989, que será publicado en discos compactos por el Centro Yucateco de Escritores, A.C., y luego colocado en la web.

Diversas serán las interpretaciones y conclusiones a que darán lugar este trabajo que surgió de las ideas de Echeverría y Pacheco, también editores. Ambos, integrantes del Centro Yucateco de Escritores, se han caracterizado por su generosidad al abrir las páginas de sus revistas, Navegaciones Zur y Letras en Rebeldía, a un abanico autoral geográfico y generacional diverso donde el único requisito es la literatura.

El criterio de selección en el mapa se ha definido por dos características básicas que fueron la llave de entrada a la lista de poetas incluidos en esta antología: haber recibido un premio de poesía o publicado al menos una plaquette y/o haber publicado poemas en alguna de las revistas indexadas en el Sistema de Información Cultural de Conaculta.

Quiero hacer hincapié en el factor inclusivo que le da forma a este documento. La razón es que —aun cuando en este texto no podamos tampoco librarnos totalmente de los criterios— se trata de criterios más abiertos que aquellos cuyo indicador es un dedo de fuego que dicta lo que es poesía y lo que no. Tópico siempre controvertido por temporal o subjetivo. No vamos a ahondar en este tema puesto que, como ya dijimos, no es factor de discernimiento en este documento, al menos por parte de los compiladores, quienes no tuvieron en mente la frase “de reconocido prestigio” para seleccionar a los autores que pueden encontrarse en él.

El criterio, acá, está colocado fuera de los antologadores para ser, en todo caso, sustentado por las instituciones culturales que definen el trayecto de la poesía en México. Por un lado, los jurados de los premios de poesía estatales, nacionales y/o internacionales (aun con todos sus “queveres”); y por otro, las editoriales que coadyuvan a la difusión del trabajo poético —aun tratándose de ediciones de autor, lo cual no demerita el trabajo y el reconocimiento de la obra, de acuerdo con Echeverría y Pacheco.

A este respecto, Adán se refiere al trabajo que han realizado como “un pequeño muestrario que permite al lector tener la oportunidad de conocer la calidad de los antologadores y preguntarse: ¿es ésta la poesía que se escribe en México?”. Adán insiste en señalar que ellos no pretenden erigirse en “gurús” de la poesía nacional, “nos atenemos a dar a conocer el trabajo poético de los autores que han sido declarados poetas por otras personas”. Hago notar que lo que él llama “un pequeño muestrario” es un documento que, a la fecha, cuenta con 2 mil cuartillas reunidas en siete volúmenes que incluyen las fichas biográficas de autores de tres décadas. El mapa contempla cinco zonas: Distrito Federal, norte, sureste, occidente y centro. Información que ha sido recogida en una exhaustiva revisión de antologías, revistas y libros publicados en años recientes, e incluso datos tomados de medios electrónicos como blogs. Cada zona, aun formando parte de un todo, tiene sus propias características escriturales determinadas por diversos factores.

Los autores del mapa poético vertieron en la web, hace unos meses —en la página de internet: http://www.lacoctelera.com/eldrenajeliterario—, una imagen gráfica donde la participación del Distrito Federal en este mapa se calcula en 29 por ciento. Resulta raro ver la poesía reducida a números y porcentajes, sin embargo, las estadísticas motivan reflexiones sobre la riqueza y la diversidad de ese porcentaje que, visto de una manera fría y aislada, puede no decir mucho, pero que, analizado desde la perspectiva demográfica, representa el trabajo poético de una amplia población de autores que conforman esta amalgama de culturas y etnias no sólo internas sino externas: personas nacidas en otro estado de la república que radican en él, y otras que nacieron aquí, pero cuyos orígenes se encuentran en otro sitio.

Tan diversa como su origen es la muestra que Adán y Armando han logrado conjuntar en este documento. Voces que se ocupan de las pasiones y otras que prefieren el fértil terreno de las reflexiones convertidas en poesía, confluyendo siempre en el sentir de estos seres que eligieron el camino de la poesía para expresarse.

Mostrar, sopesar y comparar el trabajo poético que se realiza de un lado a otro del país son los objetivos de estos autores. Porque mostrar al mundo las entrañas no deja de ser un acto kamikaze. Para catar a satisfacción esta nueva bandeja de voces habrá que aguardar un poco. Apenas unas cuantas letras más que no han pretendido la resta sino la adición y, ¿por qué no?, la adicción.

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