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2 de marzo de 2009

Polvo y cosmos: alternativas culturales en el Valle de Toluca




Por Aeri Marín

Hace justamente un año, José Antonio Romero Reyes compartió, en este espacio, sus primeras impresiones sobre Polvareda. Actitud crítica en movimiento. Fundada como una revista inquisitiva, consagrada a la investigación multidisciplinaria, esta publicación independiente ha completado su primera vuelta al sol con buena salud: para comenzar, ha llegado a los ojos de sus lectores de manera ininterrumpida, lo cual, al menos, habla de un compromiso constante. Por otro lado, ha sufrido transformaciones que, tropiezos aparte, dan cuenta de un proyecto en plena consolidación: mientras el diseño gráfico gana en atractivo y pertinencia, el contenido presenta ligeras fluctuaciones; así, en más de una ocasión, la crítica se ha convertido en balbuceo y la argumentación se ha extraviado en un idealismo que, desde sus trincheras analíticas, no corresponde en absoluto con la esencia del proyecto. Tampoco ocurre con los defectos de redacción, que ha arrastrado desde su origen y restan impecabilidad a su factura.

No obstante, Polvareda destaca por que, en un ambiente cultural que disputa becas, subvenciones y convenios, ha conseguido preservar su independencia y, con ello, “levantar el polvo de las conciencias amodorradas, [que terminan por] empolvarse en el cómodo sitial de una oficina”. Comprometida con su propio concepto de la realidad, la publicación trasluce la formación universitaria de sus colaboradores, quienes, paralelamente, han comprendido que su trabajo no constituye un escaparate de exhibición personal, sino un servicio para los lectores. De este modo, con una distribución mejorada –y un sitio de internet, sin embargo, atrasado– Polvareda sigue conformando “un rico cóctel y un amplio campo por explotar”.

Contrastante con este primer año, Cosmoción, editorial independiente establecida por Elías Jaramillo, acaba de lanzar sus primeros libros, con los cuales ha cumplido ya un mes de vida pública. Vinculado inicialmente con el Centro Toluqueño de Escritores –una de las asociaciones civiles más estables del Valle de Toluca–, el incipiente catálogo de este nuevo proyecto incluye un conjunto de volúmenes doblemente especializados: en el género literario, prefiere la poesía; en la experiencia de los autores, la ópera prima. Pese a ello, Cosmoción no se define, hasta ahora, como una editorial joven, mucho menos improvisada: Gajos de humo, del propio Jaramillo, esperó treinta años –llenos de dudas y enmiendas– para publicarse; mientras tanto, Antes del polvo, de Margarita Hernández, representa el resultado de cinco años de trabajo, cuyas fases preliminares merecieron el Premio Universitario de Poesía 2007, otorgado por la Universidad Autónoma del Estado de México. Ambos volúmenes se hallan complementados, además, por un concepto gráfico interesante, que ha optado por devolver el protagonismo a la idea central de cada poemario y a las técnicas de impresión tradicionales. De esta manera, Cosmoción defiende uno de sus planteamientos centrales: “todos los caminos conducen a la poesía”, entendida como el empleo creativo y personal del lenguaje, el cual deriva en opciones combinatorias infinitas.

Con un año o un mes de existencia, con el sol o la luna como signo de vida, Polvareda y Cosmoción comparten un aspecto esencial, que justifica su fundación y arroja luz sobre su desarrollo: contra el aire vacuo que parece emanar de las instituciones culturales –más preocupadas, sorprendentemente, por las elecciones que vienen–, el ejercicio periodístico evoca la naturalidad del polvo –que se sacude dentro y fuera de nosotros– y la poesía iniciática recuerda los antiguos estremecimientos del cosmos –que se encuentra en rotación permanente–. De cualquier modo, ante el incierto panorama de la cultura local –cada vez más agonizante; es decir, alejado de este tipo de empresas–, sólo quedan las certeras palabras de Oscar Wilde: “todos estamos en la cloaca, pero algunos miramos hacia las estrellas”.


* Texto publicado en la página cultural de El Espectador, correspondiente al mes de marzo.

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