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22 de julio de 2009

La cultura en México (nota robada)


La semana pasada, El Universal publicó la siguiente nota, que vale la pena examinar con cuidado. En efecto, algunos espectáculos culturales son esencialmente elitistas, y no sólo desde el punto de vista económico: también desde la perspectiva intelectual, proclive a la pose y al snobismo. Por otro lado, la oferta cultural del Estado vive atada a sus vaivenes. Hija de criterios variables y recortes presupuestales, produce -al mismo tiempo y sin sonar a Octavio Paz- auténticas calamidades y luminosos milagros. Hay aspectos por mejorar, pero tampoco se parte de tierra estéril.

De manera que es imposible sostener una afirmación tan tajante, sin los matices necesarios para destacar que -a final de cuentas- la cultura se vive y se transforma todos los días, y que -al menos en algunas ciudades, que nuestro país es hiriente y múltiple- resulta tan accesible como uno quiera. ¿Alguien recuerda que los museos del Instituto Mexiquense de Cultura abren gratuitamente los miércoles? ¿Que el Museo Universitario Leopoldo Flores cobra una admisión mínima? ¿Que los cursos de verano de la Biblioteca Pública Central Estatal y la Biblioteca Leona Vicario no tienen costo? ¿Que los libros del Centro Toluqueño de Escritores cuestan entre veinte y cincuenta pesos? Como en otras ocasiones, la solución radica en la educación, la sensibilidad y el criterio. Más allá del dinero y la crisis rampante.


La cultura en México es elitista
y se deja en manos privadas, acusan



Por Yanet Aguilar Sosa

La cultura en México no es considerada un rubro fundamental del bienestar de los mexicanos, como sí lo son la salud, la educación y la vivienda; tampoco se trata de un ejercicio que llegue a las mayorías -por el contrario, queda entre un reducido grupo de ciudadanos- y en su mayor parte la produce la iniciativa privada, más que el Estado mexicano que frente a la cultura ha quedado rezagado.

Esos son algunos de los datos que arroja “Información sobre la cultura en México”, primera fase del diagnóstico que realiza la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a petición de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados. Los datos fueron recopilados de documentación, sistemas de información y datos oficiales del Conaculta, del Instituto Mexicano de la Juventud, entre otros.

El informe, coordinado por la directora general de Proyectos Universitarios de la UNAM, Mari Carmen Serra Puche, fue presentado ayer en la Cámara de Diputados por Enrique del Val Blanco, coordinador de Planeación de la UNAM, quien dijo que este documento sólo es la recolección de datos dispersos y es fundamental porque se trata de la base para saber en dónde estamos, qué tenemos y cuál es el siguiente paso a dar en materia cultural.

Del Val Blanco aseguró que “hay un rezago del Estado en materia cultural y que se deja principalmente a entidades comerciales”. Dijo que ellos parten de la conciencia de que la cultura es un aspecto importante de la identidad nacional que deben tener los mexicanos y no debe estar en manos de particulares.

“Debe haber una rectoría del Estado en materia cultural que abra todas las fuentes, que se rieguen todas las flores que se tengan que regar; que se cubra todo lo que se llama cultura, contracultura; los espacios de los jóvenes y los niños hay que desarrollarlos. Los esfuerzos económicos que se hacen en materia de cultura son muy reducidos, hay que incrementar los recursos para el desarrollo cultural”, comentó el ex director general de la UNAM.

Aunque se trata sólo de una recopilación cuantitativa de la situación actual de la cultura en México dividida en tres grandes rubros: oferta cultural -infraestructura cultural-, consumo cultural -asistencia a espacios culturales- y producción cultural -creadores del país e iniciativas de la juventud-, a partir de ese documento se podrá emprender la segunda etapa del proyecto que es convocar a todas las instituciones culturales y a todos los sectores de la sociedad para determinar la metodología que podrían seguir en la consulta y en una encuesta nacional de cultura que son indispensables realizar.

La propuesta y conclusión a la que llegó el equipo académico que realizó el diagnóstico plantea además definir qué es la cultura, qué quieren los consumidores, qué buscan los usuarios de los espacios, qué exigen los creadores y las agrupaciones independientes.

Mari Carmen Serra Puche dijo que la oferta estatal se enfrenta a una competencia con las industrias, expresiones e iniciativas culturales del mercado globalizado en el que “la acción estatal queda minimizada ante la magnitud y cobertura de los medios y la apertura de fronteras a productos, mensajes y recursos culturales”.

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