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19 de octubre de 2010

La cotidianidad poética en Aromarena, de Yunuen Esmeralda



Por Margarita Hernández Martínez


Toluca, Estado de México.- La obra poética de Yunuen Esmeralda destaca por su joven solidez: mientras su autora recurre a la espontaneidad de su edad, sus experiencias y sus lecturas, sus versos concilian un lenguaje desbordante y preciso, producto del asombro y el hallazgo de la belleza, con construcciones verbales que se aproximan al versículo y a la canción. Dotados de una sonoridad rotunda, provistos de emoción y, al mismo tiempo, de una propuesta estética que se detiene en el poder de las palabras, sus textos alcanzan nuevos derroteros con Aromarena, un volumen publicado por el Instituto Mexiquense de Cultura e incluido en la Biblioteca Mexiquense del Bicentenario y El Corazón y los Confines.

Centrado en las contradicciones reveladoras que, inevitablemente, permean nuestra vida, Aromarena se define como un libro colmado de pájaros y mareas; es decir, de elementos que convocan el flujo de la existencia. Paralelamente, acude a imágenes que escapan de la continuidad temporal; así, sugieren la cíclica perpetuidad de las transformaciones humanas; la imposibilidad de cualquier viaje, pues todo es presente perenne, sin punto de partida ni de arribo; el transcurso inexorable del amor, que nace, muere, revive, tiembla, se desconsuela y se redime entre paisajes interiores.

Para desarrollar estos temas, Aromarena se fragmenta en cuatro secciones, entrelazadas por afinidades como el lenguaje, el estilo de versificación y la presencia de símbolos que condensan el tramado general del poemario: relojes ajenos a la prisa, brújulas rotas y sin rumbo, casas que “no terminan de resquebrajarse” y cuerpos transfigurados, en los cuales los ojos y las manos encarnan desde “diáfanos misterios” hasta el olvido de volar.

Así, densamente acuñado en el polvo “que anhela levantarse”, Aromarena explora, de la misma manera, en las inasibles trampas de la memoria, que convierten el recuerdo en deseos subvertidos, interrumpidos por la falta de certezas y la abundancia de “raíces fuera de la tierra”. En suma, este volumen, que sorprende nuevamente por su capacidad creativa y renovadora, se erige como una lectura de resonancias imprevisibles, cuya concepción estética cautiva en la misma medida que sus palabras.


Yunuen Esmeralda, Aromarena, Instituto Mexiquense de Cultura (col. El Corazón y los Confines / Biblioteca Mexiquense del Bicentenario), Toluca, 2010, 71 pp.


* Reseña originalmente publicada en semanas anteriores en Milenio (Estado de México).

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