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4 de junio de 2010

Oh, París (una invitación muy lejana)



Más allá del idioma, sostengo con Francia una relación de nostalgia y pasión literaria. Así que, cuando leo los periódicos internacionales, no dejo de revisar los acontecimientos culturales de ese lejano –pero hermoso– lado del planeta. Por estos días, se está presentando una exposición curiosamente completa alrededor de una de las figuras icónicas de la poesía europea: Arthur Rimbaud. Aunque –evidentemente– no la voy a ver, me he acordado de un puñado de versos de adolescencias mutuas: pero, mientras Rimbaud se ha quedado en esas antiguas fotografías, yo he seguido creciendo.


La eternidad


Ha sido encontrada.
¿Qué? –La eternidad.
Es la mar enlazada
al sol.

Alma centinela,
la confesión murmuremos
de noche tan nula
y del día en fuego.

De humanos sufragios,
de comunes impulsos,
allá te desprendes
y vuelas según.

Sólo de ustedes,
brasas de satén,
se exhala el Deber
que no dice: al fin.

Allá no hay esperanza,
ningún orietur.
Ciencia con paciencia,
suplicio seguro.

Ha sido encontrada.
¿Qué? –La eternidad.
Es la mar enlazada
al sol.


Sexo, drogas y Arthur Rimbaud


Por Ana Teruel


Apenas se conserva un centenar de páginas de su poesía, el instrumento con el que quiso “cambiar la vida” y que abandonó a los veinte años. Sin embargo, más de un siglo después de su muerte, Arthur Rimbaud parece más presente que nunca. De esa omnipresencia da buena cuenta una deslumbrante exposición en París, acertadamente titulada Rimbaudmanía, la eternidad de un icono –en la Galerie des Bibliothèques–. Disecciona el impacto del poeta maldito en la cultura moderna y, lo que la hace más original, no discrimina entre la alta y la baja cultura.

La muestra, que reúne más de 300 piezas, parte de varios y muy preciados manuscritos del autor. El del poema Vocales, o la carta conocida como “del vidente”, dirigida a Paul Demeny en mayo de 1871. En ella, el escritor le expuso su visión de la poesía. Junto a estos, ediciones de su obra en casi cualquier idioma, y eso incluye el cingalés.

Abarcar el impacto global del poeta no ha sido tarea fácil, asegura Claude Jeancolas, comisario de la muestra y especialista en Rimbaud. Pocos autores pueden presumir de haber inspirado a compositores clásicos variados. Un ejemplo, Las iluminaciones, del británico Benjamin Britten, inspiró una coreografía del maestro Maurice Béjart.

Joan Miró, Fernand Léger o Sonia Delaunay son sólo los más sonoros nombres de la pintura que han ilustrado ediciones especiales de los escritos de Rimbaud, expuestos junto a retratos del artista firmados por Pablo Picasso o Jean Cocteau. También ha sido una fuente de fascinación para fotógrafos, dramaturgos, artistas callejeros o de cómic. ¿Y el cine? A juicio de Jeancolas, aún no se ha rodado la película definitiva sobre Rimbaud. Pier Paolo Pasolini o Carlos Saura coquetearon con la idea, aunque ambos se toparon con problemas de financiación.

La explosión del fenómeno Rimbaud se remonta a los años cincuenta, cuando la figura del poeta salió de los círculos literarios para conquistar la imaginación de generaciones de lectores apasionados. En Francia, el gran salto se produjo en el centenario de su nacimiento; en 1954, la revista Paris Match le dedicó su portada y ocho páginas, bajo el titular de Arthur Rimbaud: ángel o demonio. En Estados Unidos, la figura del poeta en su faceta más irreverente caló en el gran continuo de la contracultura a través de los escritores de la beat generation.

"Lo fascinante de Rimbaud es que cada cual puede reconocerse en él", explica Jeancolas. "Su obra y su vida tienen partes sombrías que cada uno pude rellenar con sus aspiraciones". El Rimbaud relacionado tortuosamente con Paul Verlaine devino icono gay; la prensa juvenil entretiene el mito del adolescente rebelde y los viajeros siempre contarán con el trotamundos que dejó París para explorar las tierras africanas.

Aunque la imagen más presente de todas acaso sea la de la fotografía tomada por Etienne Carjat, que muestra a un Rimbaud adolescente de pelo revuelto y con aspecto de dandy. Un retrato con poderes de seducción planetarios. En la muestra, aparece en camisetas, bodys de bebé, chapas y ¡hasta en un tanga!

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