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11 de junio de 2010

Una vuelta al sol



El primer año se me ha hecho eterno: me han pasado tantas vidas encima. He perdido el objetivo en más de una ocasión: lo he recuperado con más de una certeza. Han callado mis palabras: he coleccionado imágenes, texturas, aromas, sonidos encarnados en nuevas personas. El aire es distinto: pureza, alquitrán y nebulosas. A pesar de todo, sé que existe un destino más o menos fijo. Por eso transcribo este poema que, a pedacitos, leí alguna vez en un libro de Enrique Villada, junto con una foto de Jan Saudek, de esas que saben traducir el asombro y la nostalgia. A sonreír para otra vuelta al sol.


Ítaca
Constantino Cavafis


Si vas a emprender el viaje hacia Ítaca,
pide que tu camino sea largo,
rico en experiencias, en conocimiento.
A Lestrigones y a Cíclopes,
o al airado Poseidón nunca temas,
no hallarás tales seres en tu ruta
si alto es tu pensamiento y limpia
la emoción de tu espíritu y tu cuerpo.
A Lestrigones y a Cíclopes,
ni al fiero Poseidón hallarás nunca,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no es tu alma quien ante ti los pone.

Pide que tu camino sea largo.
Que numerosas sean las mañanas de verano
en que con placer, felizmente
arribes a bahías nunca vistas;
detente en los emporios de Fenicia
y adquiere hermosas mercancías,
madreperla y coral, y ámbar y ébano,
perfumes deliciosos y diversos,
cuanto puedas invierte en voluptuosos y delicados perfumes;
visita muchas ciudades de Egipto
y con avidez aprende de sus sabios.

Ten siempre a Ítaca en la memoria.
Llegar allí es tu meta.
Mas no apresures el viaje.
Mejor que se extienda largos años;
y en tu vejez arribes a la isla
con cuanto hayas ganado en el camino,
sin esperar que Ítaca te enriquezca.

Ítaca te regaló un hermoso viaje.
Sin ella el camino no hubieras emprendido.
Mas ninguna otra cosa puede darte.

Aunque pobre la encuentres, no te engañara Ítaca.
Rico en saber y en vida, como has vuelto,
comprendes ya qué significan las Ítacas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sólo para echarte porras y recordarte que no te toca ver pasar el tren, sino subirte a él o impulsar el propio. Piensa lo que hagas, en aspectos prácticos como, por ejemplo, un sitio cercano al trabajo. Lo harás bien, hay seguridad sobre eso. Te quiero más.

Margarita dijo...

Nos queremos más: el tiempo no pasa. Prometo pensar con claridad: es, quizás, lo único que queda. No dejes de hablarme. Y no olvido mi objetivo, mi propósito por ahora.