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31 de octubre de 2007

Los matices de la literatura

Valle de Bravo, Estado de México.- En el marco de las actividades correspondientes al 5° Festival de las Almas –que continuará celebrándose, en once foros diferentes, hasta el próximo 3 de noviembre–, el pasado 30 de octubre, a partir de las 11:00 horas, el auditorio del Museo “Joaquín Arcadio Pagaza” se convirtió en la sede del Encuentro de narradores entre dos valles: Distrito Federal y Estado de México, el cual se desarrolló en dos etapas y reunió a una docena de autores provenientes de diversas regiones del Valle de México y del Valle de Toluca.

El primer ciclo, que se llevó a cabo entre las 11:30 y las 14:30 horas, contó con la presencia de Delfina Careaga, Martín Mondragón Arriaga, Emma Mauricia Moreno, Verónica Olguín Vigil y Paco Pacheco, quienes discutieron en torno a la trayectoria, las innovaciones, las aportaciones y los enfoques de la literatura mexicana –y mexiquense– contemporánea; asimismo, aprovecharon la ocasión para compartir con la concurrencia algunas de sus creaciones literarias más representativas.

Delfina Careaga –quien se ha desempeñado como novelista, dramaturga y guionista; además, ha participado en el diseño de numerosas historietas– se encargó de iniciar este diálogo con la presentación de su ponencia La narrativa mexicana contemporánea. Durante cuarenta minutos, la ganadora del Premio Nacional de Teatro (1985) delineó un breve recorrido por la historia de las letras nacionales a partir de la aparición de El Periquillo Sarniento, novela fundamental para comprender las repercusiones del movimiento de Independencia en el espíritu del arte mexicano. En el transcurso de su disertación, esbozó una escueta nómina de algunos de los escritores más importantes de nuestro país, entre los cuales sobresalen Mariano Azuela, Martín Luis Guzmán, Juan Rulfo, José Revueltas, Carlos Fuentes e Inés Arredondo. Por último, subrayó la relevancia del quehacer literario en la configuración de la identidad mexicana.

Posteriormente, Careaga cedió el micrófono a la toluqueña Emma Mauricia Moreno –autora de las novelas Aglaura y La tahona–, quien destacó, como un rasgo esencial de la literatura mexicana moderna, la transición entre el estilo ampuloso, pleno de descripciones y florituras, a un lenguaje más sencillo, que pone de relieve la dimensión existencial y los atributos de los personajes. Minutos más tarde, Martín Mondragón Arriaga –actual coordinador de la Licenciatura en Letras Latinoamericanas, que se imparte en la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México– afirmó que la auténtica intención de la literatura –que corre, de manera paralela, con aquélla propia de la lectura– debe inclinarse más hacia el gozo vital que hacia el sufrimiento. Por su parte, el guanajuatense Paco Pacheco –profesor, periodista y ganador de la mención honorífica del Concurso Nacional de Cuento de San Luis Potosí (1994)– aseveró que uno de los rasgos distintivos del oficio literario de nuestros días reside en la revalorización, frente al discurso abundante e inexacto, del silencio y la contención verbal.

Finalmente, Verónica Olguín Vigil –periodista cultural, locutora de radio y autora de la novela “Las estrellas perdidas” club para solteros– habló de las convergencias y las divergencias presentes en el universo artístico mexicano, el cual, desde su perspectiva, se articula como una “orografía llena de contrastes y altibajos”, que impide que tanto los escritores como los lectores se resignen a la complacencia o a la barbarie. Así, este grupo de intelectuales aseveró, a manera de conclusión, que las letras mexicanas contemporáneas se hallan provistas de suficientes elementos para resultar atractivas; no obstante, es necesario unir esfuerzos para comprender mejor algunos de los elementos del trabajo literario moderno e involucrar a los lectores en los múltiples descubrimientos que pueden hacerse a través de la literatura.

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