Valle de Bravo, Estado de México.- Como parte de las actividades comprendidas en el 5° Festival de las Almas –que continuará celebrándose en Valle de Bravo hasta el próximo 3 de noviembre, en once distintos foros–, Regino Rodríguez Boti, psiquiatra y escritor cubano, presentó en la Casa Abierta, el pasado miércoles 31 de octubre a las 12:00 horas, su libro Bajo el cielo de México, una composición ecléctica oscilante entre la crónica, la novela y el relato recientemente editada por el Instituto Mexiquense de Cultura.
Alrededor de una mesa de trabajo que reunió a Benjamín Araujo, Rafael Canalero, Santos Guadalupe Elis y Carlos Valenzuela, el público –conformado, principalmente, por alumnos de preparatoria– tuvo la oportunidad de ampliar, a través de la literatura, su perspectiva en torno a las relaciones culturales y literarias que sostienen México y Cuba. Tales vínculos se encuentran ilustrados, en el caso de este texto, mediante la narración de la amistad entre tres destacados artistas: el músico mexicano Juventino Rosas y los cubanos Gonzalo Escalante, artista plástico, y Regino E. Boti, poeta y autor de Arabescos mentales.
A propósito de Bajo el cielo de México –que lleva, además, el mismo nombre que un exitoso programa de radio que se transmite en Cuba desde hace más de cinco décadas–, Carlos Valenzuela –egresado de la Licenciatura en Letras Latinoamericanas y corrector de estilo en la Subdirección de Publicaciones del IMC– mencionó que, gracias a su manejo de una “prosa concisa y pulcra”, Rodríguez Boti consiguió construir un relato ameno, apropiado para impulsar el fomento a la lectura entre los jóvenes. Por su parte, Santos Guadalupe Elis –psicólogo, educador y colaborador de numerosas revistas de circulación nacional– afirmó que una de las cualidades más notables de este texto radica en su capacidad para recrear, con un lenguaje sencillo, los matices de diversos ambientes cubanos y mexicanos; asimismo, leyó un breve texto lírico compuesto en honor a Rodríguez Boti.
Posteriormente, Rafael Canalero –ensayista, novelista y profesor universitario– subrayó la importancia de ubicar este ejercicio creativo en su contexto estético e histórico, correspondiente a la época de transición entre el modernismo y las vanguardias latinoamericanas, cuyo cruce revela, en la prosa de este escritor cubano, un “respeto profundo por la palabra”. Por último, Benjamín Araujo –poeta, ensayista y editor– destacó la trascendencia de emprender –y de leer y comentar– proyectos literarios de este tipo, que permitan acercar las expresiones culturales de los distintos pueblos latinoamericanos.
Tras este conjunto de intervenciones, el cantautor cubano Lorenzo Cisneros Topete interpretó, guitarra en mano, algunos ritmos tradicionales de esta isla caribeña. Al ritmo de sones como A dónde irán y temas de trova como El son de la loma, invitó a cantar y a aplaudir a los concurrentes, quienes pudieron percibir, desde diversas ópticas artísticas, la solidaridad existente entre el pueblo cubano y el mexicano.
Alrededor de una mesa de trabajo que reunió a Benjamín Araujo, Rafael Canalero, Santos Guadalupe Elis y Carlos Valenzuela, el público –conformado, principalmente, por alumnos de preparatoria– tuvo la oportunidad de ampliar, a través de la literatura, su perspectiva en torno a las relaciones culturales y literarias que sostienen México y Cuba. Tales vínculos se encuentran ilustrados, en el caso de este texto, mediante la narración de la amistad entre tres destacados artistas: el músico mexicano Juventino Rosas y los cubanos Gonzalo Escalante, artista plástico, y Regino E. Boti, poeta y autor de Arabescos mentales.
A propósito de Bajo el cielo de México –que lleva, además, el mismo nombre que un exitoso programa de radio que se transmite en Cuba desde hace más de cinco décadas–, Carlos Valenzuela –egresado de la Licenciatura en Letras Latinoamericanas y corrector de estilo en la Subdirección de Publicaciones del IMC– mencionó que, gracias a su manejo de una “prosa concisa y pulcra”, Rodríguez Boti consiguió construir un relato ameno, apropiado para impulsar el fomento a la lectura entre los jóvenes. Por su parte, Santos Guadalupe Elis –psicólogo, educador y colaborador de numerosas revistas de circulación nacional– afirmó que una de las cualidades más notables de este texto radica en su capacidad para recrear, con un lenguaje sencillo, los matices de diversos ambientes cubanos y mexicanos; asimismo, leyó un breve texto lírico compuesto en honor a Rodríguez Boti.
Posteriormente, Rafael Canalero –ensayista, novelista y profesor universitario– subrayó la importancia de ubicar este ejercicio creativo en su contexto estético e histórico, correspondiente a la época de transición entre el modernismo y las vanguardias latinoamericanas, cuyo cruce revela, en la prosa de este escritor cubano, un “respeto profundo por la palabra”. Por último, Benjamín Araujo –poeta, ensayista y editor– destacó la trascendencia de emprender –y de leer y comentar– proyectos literarios de este tipo, que permitan acercar las expresiones culturales de los distintos pueblos latinoamericanos.
Tras este conjunto de intervenciones, el cantautor cubano Lorenzo Cisneros Topete interpretó, guitarra en mano, algunos ritmos tradicionales de esta isla caribeña. Al ritmo de sones como A dónde irán y temas de trova como El son de la loma, invitó a cantar y a aplaudir a los concurrentes, quienes pudieron percibir, desde diversas ópticas artísticas, la solidaridad existente entre el pueblo cubano y el mexicano.
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