por Alberto H Martínez
Jaguares se presentó el viernes 23 de marzo de 2007 en El Jardín de la Malquerida, Metepec. De las siete veces que han venido, he asistido, con este, a cuatro conciertos del grupo. En Toluca, ya se sabe, vienen cada año; los boletos cuestan unos $200, generalmente es en viernes y en El Salón Rojo. Sus tocadas en provincia se distinguen por ser excelentes, con canciones pocas veces escuchadas, aunque no son tan espectaculares como los del DF.
En esta ocasión yo no estaba muy animado por asistir. Me decidí viendo, en el foro de jaguares.com, la lista de canciones del concierto de febrero en el Metropolitan, que se veía bastante decente. Esta vez iría solamente a disfrutar el concierto, a oír al grupo y verlos tocar, no a echar desmadre ni en plan romántico.
Me saltaré los detalles previos a la tocada. Creo que el cambio de lugar del evento afectó bastante. El Jardín de la Malquerida no está tan grande como el Salón Rojo en lo que respecta a crear ambiente para un concierto. Empezó con mucho retraso, el mayor en estos cuatro años; el acceso programado para las 8 de la noche se realizó hasta pasadas las 10, el concierto que comenzaba a las 9:30 comenzó más de hora y media tarde. Durante el concierto, Saúl Hernández se disculpó diciendo que el equipo llegó tarde y tuvieron que probar el sonido “en friega”. Noté que no hubo mucho poder de convocatoria, pero podría decirse que estuvo bien, aunque el contratiempo provocó impaciencia. Cabe resaltar algo que se me hace curioso entre los asistentes en el tiempo de espera: ponerse hasta la madre, digo ¿no tiene mucho sentido entrar a un concierto ya bien viajado, o sí? La verdad es que ni lo disfrutan y se les nota.
Entramos al calor de The dark side of the moon, luego Chicles de Santa Sabina y las primeras rolas de Led Zeppelin III. Esperamos y gritamos al escenario vacío, pero, ¡oh, sorpresa! ahí había un teclado esperando ser tocado. Era un Yamaha gris, modestamente dispuesto al fondo del escenario. De ahí en fuera, lo usual: la guitarra blanca del Vampiro y las dos que toca Saúl, con sus correspondientes pedaleras, un bajo de mediana complexión, las percusiones de Leo Muñoz y la beldad de batería que toca Alfonso André.
Finalmente, aparecieron los músicos y confirmé mi sospecha, sí estaría el maestro Diego Herrera. El simple hecho de su presencia hizo que valiera la pena la espera y el precio del boleto: de inmediato empezó la porra en su honor, una ovación de bienvenida.
Comenzó el concierto que, por la escasa cantidad de gente, fue más o menos “íntimo”. Iniciaron con varias canciones potentes y viejas, una tras otra, en las que incluían el talento del ya mencionado tecladista. Tocaron, más o menos en orden, Amanece, Mátenme porque me muero, Los dioses ocultos, Nunca te doblarás, Dime jaguar, Detrás de los cerros, Nunca me voy a transformar en ti, Nubes, Cuéntame tu vida, Ayer me dijo un ave, Antes de que nos olviden, Detrás de ti y Piedra (sólo una introducción, invitando a Diego), La vida no es igual, Miércoles de ceniza (con la introducción de bajo de Marco, que se convirtió en un palomazo con Alfonso), Mejor será, Hasta el último planeta, De noche todos los gatos son pardos, Viento, Miedo, La negra Tomasa, La célula que explota y Afuera.
A pesar de todo, hay dos cosas reprochables: debido al retraso del equipo, no se hizo un buen ajuste en la ecualización del sonido y el teclado de Diego no se oía. Aunado a eso, la mayoría de las canciones de Caifanes que interpreta Jaguares cuentan con arreglos en guitarra para las partes en teclado, así, el Vampiro tuvo a bien tocarlas y cubrir el sonido del teclado. Supongo que ahí entra la sensibilidad que debe tener el artista e intérprete. Una lástima, pero fue muy satisfactorio lo que se alcanzaba a oír de el ex-caifán durante Miércoles de ceniza y Nunca me voy a transformar en ti (dedicada a Elba Esther Gordillo). Fue precisamente antes de esa canción que Saúl comentó que necesitaba la ayuda de la voz del público, “porque no es lo mismo Los Tres Mosqueteros que 20 Años Después”, buen chiste en referencia a Alejandro Dumas, más porque sí aplica a la historia de Caifanes, pero, ¿cuánta gente habrá entendido?
Es sabido que Saúl presenta Ayer me dijo un ave dedicándosela a las muertas de Juárez y hablando sobre el tema. Dice que este gobierno es una mierda y que está muy bueno “para darle las nalgas a Estados Unidos pero la espalda a su pueblo”. Olvida que vivimos bajo un sistema democrático, al menos en teoría. Al priísmo en México se pudo considerar una dictadura funcional, pero ahora hay un sistema más abierto. Finalmente, lo que pasa en este país es culpa de todos nosotros, porque hacemos el gobierno. ¿Quién puede cambiar las cosas en México si no somos nosotros? Pienso que el mensaje está incompleto. En esos momentos escuché entre el público un “¡que muera el sistema!” ¿Qué es el sistema? Comentarios de Saúl de ese tipo me parecen confusos.
Como mencioné antes, yo iba dispuesto a escuchar y ver tocar al grupo, pero pocas veces pude oír a Saúl. Todos coreando las canciones al punto de cubrir totalmente su voz. Yo en verdad lo quería escuchar, con la garganta fregada o no. Además, quería saber exactamente qué es lo que estaba haciendo un tipo del staff sentado discretamente, con su laptop, en un rincón del escenario, quería saber si estaban usando pistas de voz o algo así.
No sé como sea la gente de otros lugares, pero esto es Toluca y creo que es frío no tanto por el clima, sino por la gente. Muchos haciendo fila volteando a otro lado, sin hablar con los demás, cuando todos tenemos algo en común. De todos modos, creo que el concierto valió la pena, lo suficiente para aliviar mi falta de expectativa previa. Tocaron genial, el repertorio estuvo muy bien. Yo quiero una baqueta de Alfonso André, de ocho que ha lanzado al público a lo largo de cuatro años de conciertos en mi pueblo, no me ha tocado ninguna.
Jaguares se presentó el viernes 23 de marzo de 2007 en El Jardín de la Malquerida, Metepec. De las siete veces que han venido, he asistido, con este, a cuatro conciertos del grupo. En Toluca, ya se sabe, vienen cada año; los boletos cuestan unos $200, generalmente es en viernes y en El Salón Rojo. Sus tocadas en provincia se distinguen por ser excelentes, con canciones pocas veces escuchadas, aunque no son tan espectaculares como los del DF.
En esta ocasión yo no estaba muy animado por asistir. Me decidí viendo, en el foro de jaguares.com, la lista de canciones del concierto de febrero en el Metropolitan, que se veía bastante decente. Esta vez iría solamente a disfrutar el concierto, a oír al grupo y verlos tocar, no a echar desmadre ni en plan romántico.
Me saltaré los detalles previos a la tocada. Creo que el cambio de lugar del evento afectó bastante. El Jardín de la Malquerida no está tan grande como el Salón Rojo en lo que respecta a crear ambiente para un concierto. Empezó con mucho retraso, el mayor en estos cuatro años; el acceso programado para las 8 de la noche se realizó hasta pasadas las 10, el concierto que comenzaba a las 9:30 comenzó más de hora y media tarde. Durante el concierto, Saúl Hernández se disculpó diciendo que el equipo llegó tarde y tuvieron que probar el sonido “en friega”. Noté que no hubo mucho poder de convocatoria, pero podría decirse que estuvo bien, aunque el contratiempo provocó impaciencia. Cabe resaltar algo que se me hace curioso entre los asistentes en el tiempo de espera: ponerse hasta la madre, digo ¿no tiene mucho sentido entrar a un concierto ya bien viajado, o sí? La verdad es que ni lo disfrutan y se les nota.
Entramos al calor de The dark side of the moon, luego Chicles de Santa Sabina y las primeras rolas de Led Zeppelin III. Esperamos y gritamos al escenario vacío, pero, ¡oh, sorpresa! ahí había un teclado esperando ser tocado. Era un Yamaha gris, modestamente dispuesto al fondo del escenario. De ahí en fuera, lo usual: la guitarra blanca del Vampiro y las dos que toca Saúl, con sus correspondientes pedaleras, un bajo de mediana complexión, las percusiones de Leo Muñoz y la beldad de batería que toca Alfonso André.
Finalmente, aparecieron los músicos y confirmé mi sospecha, sí estaría el maestro Diego Herrera. El simple hecho de su presencia hizo que valiera la pena la espera y el precio del boleto: de inmediato empezó la porra en su honor, una ovación de bienvenida.
Comenzó el concierto que, por la escasa cantidad de gente, fue más o menos “íntimo”. Iniciaron con varias canciones potentes y viejas, una tras otra, en las que incluían el talento del ya mencionado tecladista. Tocaron, más o menos en orden, Amanece, Mátenme porque me muero, Los dioses ocultos, Nunca te doblarás, Dime jaguar, Detrás de los cerros, Nunca me voy a transformar en ti, Nubes, Cuéntame tu vida, Ayer me dijo un ave, Antes de que nos olviden, Detrás de ti y Piedra (sólo una introducción, invitando a Diego), La vida no es igual, Miércoles de ceniza (con la introducción de bajo de Marco, que se convirtió en un palomazo con Alfonso), Mejor será, Hasta el último planeta, De noche todos los gatos son pardos, Viento, Miedo, La negra Tomasa, La célula que explota y Afuera.
A pesar de todo, hay dos cosas reprochables: debido al retraso del equipo, no se hizo un buen ajuste en la ecualización del sonido y el teclado de Diego no se oía. Aunado a eso, la mayoría de las canciones de Caifanes que interpreta Jaguares cuentan con arreglos en guitarra para las partes en teclado, así, el Vampiro tuvo a bien tocarlas y cubrir el sonido del teclado. Supongo que ahí entra la sensibilidad que debe tener el artista e intérprete. Una lástima, pero fue muy satisfactorio lo que se alcanzaba a oír de el ex-caifán durante Miércoles de ceniza y Nunca me voy a transformar en ti (dedicada a Elba Esther Gordillo). Fue precisamente antes de esa canción que Saúl comentó que necesitaba la ayuda de la voz del público, “porque no es lo mismo Los Tres Mosqueteros que 20 Años Después”, buen chiste en referencia a Alejandro Dumas, más porque sí aplica a la historia de Caifanes, pero, ¿cuánta gente habrá entendido?
Es sabido que Saúl presenta Ayer me dijo un ave dedicándosela a las muertas de Juárez y hablando sobre el tema. Dice que este gobierno es una mierda y que está muy bueno “para darle las nalgas a Estados Unidos pero la espalda a su pueblo”. Olvida que vivimos bajo un sistema democrático, al menos en teoría. Al priísmo en México se pudo considerar una dictadura funcional, pero ahora hay un sistema más abierto. Finalmente, lo que pasa en este país es culpa de todos nosotros, porque hacemos el gobierno. ¿Quién puede cambiar las cosas en México si no somos nosotros? Pienso que el mensaje está incompleto. En esos momentos escuché entre el público un “¡que muera el sistema!” ¿Qué es el sistema? Comentarios de Saúl de ese tipo me parecen confusos.
Como mencioné antes, yo iba dispuesto a escuchar y ver tocar al grupo, pero pocas veces pude oír a Saúl. Todos coreando las canciones al punto de cubrir totalmente su voz. Yo en verdad lo quería escuchar, con la garganta fregada o no. Además, quería saber exactamente qué es lo que estaba haciendo un tipo del staff sentado discretamente, con su laptop, en un rincón del escenario, quería saber si estaban usando pistas de voz o algo así.
No sé como sea la gente de otros lugares, pero esto es Toluca y creo que es frío no tanto por el clima, sino por la gente. Muchos haciendo fila volteando a otro lado, sin hablar con los demás, cuando todos tenemos algo en común. De todos modos, creo que el concierto valió la pena, lo suficiente para aliviar mi falta de expectativa previa. Tocaron genial, el repertorio estuvo muy bien. Yo quiero una baqueta de Alfonso André, de ocho que ha lanzado al público a lo largo de cuatro años de conciertos en mi pueblo, no me ha tocado ninguna.
1 comentario:
increible....
estaba buscando en google imagenes una imagen que tengo de la impresion que deja en el suelo una vasija de los olmecas, en mi busqueda escribi 3 palabras "vasija olmeca impresion" y como resultado me sale esta imagen con un texto escrito por ti...
que pequegno es el mundo. Hay una formula que dice que la separacion entre uno y cualquier persona en este mundo son 6 personas, me interesaria saber como funciona esta relacion en el internet, cuantos clicks tienes que dar para poder encontrar algo o alquien quien conoces.
saludos mi estimado
Ate. El de la R
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